Esta sabrosa receta nos la trae Katherina Valcárcel García, a través del Concurso de Recetas de hogarutil.com, ella nos recomienda centrarse en la preparación del marisco y utilizar un preparado para cocinar los creps.
Elaboración:
Lo primero que haremos será preparar los langostinos según indicaciones del fabricante. Se pueden hacer caseros pero así nos ahorramos trabajo en la cocina y para este plato quedan igual de ricos. Reservamos.
Ahora limpiamos los mejillones y los abrimos en una pota al fuego con un chorro de vino blanco. Cuando estén listos les quitamos las cáscaras (dejamos alguno con ella para decorar) y los reservamos. El líquido que han soltado lo colamos y reservamos.
Pasamos a preparar el fumé: limpiamos los langostinos, las cabezas y las cáscaras las ponemos en un cazo al fuego con un chorro de aceite de oliva, cuando tomen color rojo vivo le añadimos un chorrito de Brandy y flambeamos (cuidado en este proceso no tener la campana encendida para no quemar la cocina), cuando se haya consumido el fuego, le añadimos el líquido de los langostinos, una hoja de laurel y dejamos cocer a fuego lento durante unos 15-20 minutos. Reservamos.
A parte en una sartén al fuego con un poco de aceite pochamos la cebolla, cuando esté lista añadimos los langostinos y los mejillones picados, removemos y añadimos una cucharada de pimentón, una pizca de sal y un poco del fumé. Bajamos el fuego y dejamos que se haga hasta que se consuma el líquido. Reservamos.
Procedemos a elaborar la bechamel de langostino: en un cazo al fuego ponemos una cucharada de mantequilla y cuando se funda le incorporamos una cucharada de harina, removemos hasta que adquiera un color tostado (que no quemado) y vamos añadiendo el fumé poco a poco (al principio removemos rápido para que no se nos formen grumos), hasta conseguir una textura cremosa y fina. Al añadirle el fumé conseguimos que la bechamel adquiera un color rosado y un sabor muy agradable a langostino.
Pasamos al proceso final que es el montaje: en una cazuela (a ser posible de barro), ponemos en el fondo un poco de bechamel, sobre ella dos creps, el relleno y otro poco de bechamel. Repetimos la operación hasta tantas veces como deseemos, siempre acabando con un creps. Cubrimos este último con un poco de bechamel y queso rallado. Metemos en el horno a 200º hasta que adquiera color dorado o funda el queso. Decoramos con un mejillón con cáscara y un crujiente de langostino.
Para este crujiente lo único que tenemos que hacer es cortar un par de langostinos por la mitad, meterlo entre dos trozos de papel vegeta y aplastarlos para que queden finos. Luego los metemos en el horno al mismo tiempo que la lasaña.