Estas croquetas de chocos, ya os lo adelantamos, son una receta algo más laboriosa que las que solemos traeros por aquí.
En cualquier caso, pensamos que ya puestos a pasar cierto trabajo en la cocina, lo inteligente es amortizarlo haciendo una cantidad de croquetas que podamos congelar y nos sirvan para comer en unas cuantas ocasiones.
Y hablando de amortizar trabajo, estas croquetas de chocos deberían hacerse con las sobras de un guiso de chocos en tinta. Es decir, con la receta que os damos para guisar los chocos, coméis un día y, haciendo más cantidad, con las sobras de ese guiso croqueteamos al día siguiente.
Lo dicho, aunque trabajosas, si primero hacéis el guiso para comer y con las sobras hacéis croquetas para congelar, el trabajo quedará compensado y rentabilizado… ¡Vamos a ello!
Procedimiento (para unas 50 croquetas):
Descongelamos y limpiamos nuestros chocos ultracongelados PEREIRA.
Descongelamos el sofrito de cebolla, pimientos, tomate y ajo y lo dejamos escurrir en un colador.
En una tartera con un fondito de aceite, rehogamos nuestro sofrito descongelado y escurrido. Revolvemos de vez en cuando para que no se pegue, salamos ligeramente y añadimos 2 hojas de laurel.
Cuando esté casi pochado el sofrito (unos 10 min) añadimos los chocos limpios y dejamos rehogar otros 5 minutos más.
Añadimos unos 150 ml de vino, las 4 bolsitas de tinta, salpimentamos y dejamos guisar 10 minutos más.
Pasamos todo el contenido de la tartera, excepto el laurel, por una batidora. Procuramos que queden trozos de choco para conseguir que la croqueta tenga textura. Reservamos.
Bechamel:
Ponemos 150 ml de aceite en una tartera.Una vez esté algo caliente, añadimos 100 grs de harina y con ayuda de unas varillas, mezclamos bien hasta obtener una crema ligada y homogénea. Salamos.
A partir de ese momento, podemos ir añadiendo la leche poco a poco. Es muy importante que después de cada incorporación de leche, batiendo con las varillas, tenemos que conseguir que se integre todo perfectamente. Al principio cuesta más, pero según va estando más líquida la base de la bechamel, será más fácil.
Un truco secreto para todas las bechameles, es añadir un chorrito de vino de Jerez en mitad de la cocción de la misma.
Cuando la bechamel esté ya hecha, añadimos la pasta de chocos en tinta, revolvemos muy bien y dejamos que cueza todo junto unos minutos más.
Resumen:
Para conseguir unas 50 croquetas, hemos utilizado,: 150ml de aceite + 700 grs de guiso ya cocinado + 100grs de harina + 800ml de leche.
Dejamos templar la masa y una vez templada, la disponemos en dos mangas pasteleras o en 2 bolsas de plástico cuadradas. Cerramos bien las mangas o bolsas y las dejamos reposar unas horas 8 en nevera para que la bechamel esté muy fría cuando hagamos las croquetas.
Cortamos la punta a la bolsa y en una superficie limpia, hacemos bolitas con bechamel de chocos.
Disponemos un cuenco amplio con 3 huevos batidos y otro con abundante pan rallado.
Con la mano, redondeamos un poco las bolitas de bechamel, las pasamos por el huevo batido y después por el pan rallado terminando de redondearlas del todo.
Separamos las que vayamos a comer y el resto de las croquetas las colocamos sobre una tabla y bien ordenaditas, las congelamos sobre esa superficie plana. Pasadas 3 ó 4 horas, estarán casi congeladas, así que ya podremos retirarlas de la tabla y disponerlas en bolsas de congelación para devolverlas al congelador.
Ya sólo nos queda freírlas en abundante aceite caliente, pero no arrebatado, y disfrutarlas…
Y cada vez que descongeléis unas cuantas croquetas para comer….¡os parecerá que el esfuerzo mereció mucho la pena! ¡Ya veréis!